El papel de su hijo
En casi todos los casos, los padres deben dar su consentimiento legal para que sus hijos puedan participar en un estudio de investigación. Digamos que usted ha leído la información y hecho las preguntas al equipo del estudio y piensa que desearía inscribir a su hijo en el estudio. Ahora es el momento de tomar en cuenta cómo su hijo se siente con respecto a participar en el estudio.
- ¿A qué edad se le debe preguntar a un niño si desea inscribirse?
- ¿Qué tal si su hijo tiene una opinión diferente a la suya sobre inscribirse en el estudio
- ¿Cómo llegan a un acuerdo sobre qué es lo más conveniente?
Hay un proceso llamado “asentimiento”. En la mayoría de los casos, esto significa que se les da a los niños los datos básicos sobre un estudio de investigación y se les pide que participen en la toma de la decisión. Se puede pedir un asentimiento a los niños tan jóvenes como seis o siete años. Algunas veces los niños pueden ser mayores o, dependiendo del estudio, podría no ser necesario obtener su asentimiento.
Todos los niños son diferentes.
Algunos niños podrían desear ser parte del proceso, otros no. Algunos podrían estar dudosos o temerosos. Otros podrían pensar en el dolor, o en cómo el estudio afectará la escuela y los amigos. Algunos niños podrían estar demasiado jóvenes para participar en la decisión, mientras que otros podrían entenderlo tan bien como un adulto.
Los niños de 2 o 3 años de edad no participan en el proceso de toma de decisión, pero cuando los niños cumplen 14 o 15 años de edad, los datos indican que ellos entienden mucho del proceso. Esto deja a un grupo intermedio de niños que entienden a niveles diferentes… algunos podrían entender muy poco, mientras que otros se concentran en lo que les va a suceder. A cualquier edad, lo importante es que ellos se sientan cómodos y que se les dé una respuesta a sus preguntas.
Lo que parece ser cierto para todos los niños, sin embargo, es que se debe tomar en cuenta su opinión.
Algunas veces los padres y los hijos no se ponen de acuerdo. Pero a menudo se pueden resolver los desacuerdos con ayuda del equipo del estudio. De hecho, la mayoría de los estudios cuenta con intercesores y expertos en ética quienes pueden ayudar en estas situaciones.
Se trata de que usted y su hijo hablen sobre el asunto. Recuerde que el equipo del estudio también está allí para ayudarles.