Los estudios clínicos en los niños nos ayudan a tratar a nuestros niños como niños, y no como pequeños adultos:
- Identificar la mejor dosis de los medicamentos para evitar efectos nocivos o tratamiento insuficiente.
- Producir medicamentos masticables, líquidos o en tableta que sean más fáciles de tomar para los niños, pero que sean seguros.
- Encontrar tratamientos para problemas que ocurren solo en niños, como la premadurez.
- Encontrar tratamientos para ciertas enfermedades o padecimientos que ocurren tanto en los niños como en los adultos pero que actúan de manera diferente en los niños y en los adultos, como la artritis o la cardiopatía.
- Encontrar tratamientos para enfermedades nuevas o existentes para mejorar la salud de los niños en el futuro, tal como los estudios para vacunas que se realizaron hace muchos años, que ayudan a los niños a mantenerse más saludables hoy en día.
- Entender cómo los medicamentos afectan los cerebros y cuerpos de los niños a medida que crecen y se desarrollan.
Etapas de crecimiento
Los niños están creciendo. Están cambiando y madurando todo el tiempo. Un niño de 8 meses de edad es completamente diferente a un niño de 8 años de edad, que a su vez es completamente diferente a un niño de 18 años de edad… es decir, inclusive entre niños, cada quien es diferente. Y en cada una de estas etapas de crecimiento, ellos podrían necesitar dosis diferentes de medicamentos, tamaños diferentes de dispositivos o tipos diferentes de terapia.
Etapas de crecimiento
Por ejemplo, la prueba de un antibiótico mostró que los bebés necesitan dosis más altas que otros niños para eliminar su infección. El hígado o riñones de un niño, los cuales están en pleno desarrollo, filtran y manejan muchos medicamentos de manera diferente, y ya que la investigación es limitada, no sabemos cuáles podrían ser los efectos a largo plazo sobre estos órganos. Así pues, necesitamos hacer estudios para averiguarlo.